Parroquia San Bartolomé Apóstol

Localización: Beas. Plaza de España.

Fecha: Siglos XIV-XV-XVI-XVII-XVIII-XIX y XX.

Tipología: Inmueble. Edificio religioso. Parroquia.

Régimen de protección: Iniciado tramitación para su declaración como Bien de Interés Cultural (B.I.C.).

Catalogado en las Normas Subsidiarias de Beas.

 

La parroquia de San Bartolomé es el inmueble más importante del patrimonio histórico-cultural del municipio de Beas. Está consagrada bajo la advocación del apóstol San Bartolomé. Su construcción se inicia tras la conquista castellana, y muy posiblemente, sobre los restos de una anterior edificación, datando los inicios de su edificación en los siglos XIV y XV.

 

La iglesia de Beas atraviesa por tres principales periodos en su construcción hasta su última reforma en el año 1989. En el primero de ellos, desarrollado entre los siglos XIV y XVI, se construye la mayor parte del templo. Puede decirse que esta época constituye uno de los periodos de más esplendor de la arquitectura de la provincia de Huelva, construyéndose en el transcurso del mismo un gran número de iglesias en estilo gótico-mudéjar sevillano.

 

El siguiente periodo constructor en el edificio se produjo en el siglo XVIII, donde se realizó un nuevo campanario, la puerta de la Sombra, el nuevo retablo mayor, el coro y la nueva sacristía.

 

La última de las etapas constructivas se desarrolló en el siglo XIX, cuando la iglesia ve culminada la actual fisonomía de su gran torre, así como verá ampliado su espacio interior con la construcción de las dos capillas laterales que posee: el actual Sagrario y la capilla de San José.

 

Con posterioridad a estas obras el edificio sufrirá nuevas remodelaciones, consideradas obras menores que no llegaron a afectar a la estructura del edificio.

 

La parroquia de San Bartolomé reúne los rasgos característicos de un templo gótico-mudéjar sevillano. Así, mientras en relación al trazado se trata de un edificio construido según las características estructurales del estilo gótico; los materiales empleados en su edificación son clásicos mudéjares, como el ladrillo o la madera.

 

La iglesia ostenta planta en forma rectangular, con tres naves y crucero. Posee dos puertas de acceso al templo, situadas una enfrente de la otra, concretamente en los lados mayores del rectángulo que forma su planta. La más antigua, que pudo ser realizada entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, se abre hacia al Paseo del pueblo, mientras que la otra puerta, más reciente, da a la calle Diego Velázquez.

 

Dentro del templo se hallan dos capillas situadas en cada una de las naves laterales del edificio, de planta cuadrada y encerradas ambas por sendas verjas de hierro. Una de ellas, situada en la nave de la Epístola, llamada de San José, fue realizada en el último tercio del siglo XIX. La otra, a la que se accede desde la nave del Evangelio, fue construida a finales del siglo XIX, en torno a 1898, y está destinada al sagrario.

 

La actual Sacristía de la iglesia es de comienzos del siglo XVIII, fecha en la que también se cree que se colocó el primer pavimento del templo del que se tienen datos concretos, hecho de ladrillo. Después de éste, se colocó uno nuevo en 1923, año en el que también se instalaron las dos pilas de agua bendita de mármol que en la actualidad posee la parroquia, sustituyéndose por el existente a día de hoy en 1989, con motivo de la restauración que sufrió el templo en esa fecha, siendo el actual de mármol blanco.

 

El Altar Mayor de la iglesia ocupa la cabecera de su nave principal y en ella se coloca la imagen del santo titular de la parroquia, San Bartolomé Apóstol, además de otras tallas como el Cristo de la Sangre o la imagen de Ntra. Sra. de Gracia. La actual fisonomía de éste responde a dos momentos constructivos distintos: los años 70 del siglo pasado y el año 1989. Antes de este altar existió otro de madera tallada, realizado por la familia Barahona y bendecido en al año 1714, el cual fue destruido en el saqueo del templo de 1936.

 

La torre de la parroquia, anexa al templo, se alza en la cabecera de su nave de la epístola. Es signo de identidad para los beasinos, con el que todos se sienten identificados y representados.

 

De unos 40 metros de altura. Se compone, como es habitual en la comarca del Condado de Niebla, de caña, cuerpo de campanas y chapitel. Su trazado y forma responde al gusto constructivo de finales del siglo XVIII, debiendo realizarse en su aspecto actual tras el terremoto de 1755. La fecha marcada en su veleta, 1829, indica, posiblemente, el momento de culminación de su obra.

 

No obstante, el inicio de su construcción debe coincidir con el de la construcción del propio templo. Para su construcción debieron aprovecharse los restos de una antigua torre vigía u otra edificación anterior. Según Pascual Madoz se trataba de la “mejor de la provincia, por lo sólido de su fábrica y buen gusto”. Por estas palabras hemos de suponer que su construcción supuso un gran impacto en su época.